jueves, 6 de octubre de 2016

Distancia de Rescate


Nadie te lo dice, nadie te lo cuenta…yo cuando caigo que estoy interactuando con alguien me agarra pánico, freno, pienso, se me anuda el estomago…soy re tímido, pero sin embargo, le hablo a 15, 20 almas…un ser humano en formación, o un ser humano formado que por algún motivo, decidió no quedarse en casa, en la plaza y entró al cole. Está ahí y de alguna manera interactúa con vos. Mal o bien va a depender de cada uno. Eh escuchado de cada terror escolar, que con la palabra justa o con un poco de paciencia no son más que un adolescente que algo le pasa. A veces lo logramos y miles de veces no, porque nos faltan recursos. Porque nos los niegan. Algunos compas expresan su frustración con los pibes/as, pero esta mal. Ellos son las claves para cambiarlo. No es una frase linda, no es un lugar común, es lo que siento en este momento. Una casa de estudio nos puede dar el título, pero sin los estudiantes nosotros no somos nada porque no ejerceríamos, no seríamos, somos una simbiosis. Y sí alguno nos falta, una partecita de nos deja de tener sentido.



¿Otra vez estás en segundo? ¿pero esta es la última no? Dale, hagamos que sea posible. Por eso esta bueno cuando notas los cambios de un año a otro, de un trimestre a otro. A veces abandonan el cole, otras vuelven y reaparecen un año después, o te cruzas en otro cole, así, me ha pasado de ver crecer chicos hasta convertirse en hombres y mujeres...no pueden pasar, pero sin embargo algo buscan, algo ven en el cole. Quizá no es para lo que a nosotros nos interesan...pero algo ven.



Nadie te prepara para ese momento. Te pueden enseñar a elegir un recurso, a armar una clase pero no te preparan para ese momento. No te dicen, que desde el instante que te haces cargo de un curso formas un vínculo humano con una persona y aunque sea para bien o para mal, pasas dos horas de tu vida semanal tratando de buscar algo para dejar una marca, un vínculo que en muchos casos trasciende la escuela. 

Uno si se toma el laburo de escucharlos o de charlar escuchas cada cosa, que te deja helado o por lo menos te da baños de realidad, que te hacen valorar que ese pibe/a que está ahí, busca algo en el cole, en vos y en sus compañeros. Uno se compromete, le gustaría poder evitar cosas o de querer cuidarlos, pero no, el límite son las dos horas, donde uno debe convertirse en el heroe. Muy pocas veces he oído que me haya funcionado, el barrio, la plaza, la vida, tiene diferentes códigos que la escuela. 

La institución es un mundo aparte que separa a muchos adolescentes de su realidad y sus problemas, muchos lo dejan entrar también, pero la escuela funciona como una dimensión en la cual estás 4 horas fuera del mundo. Una vez que te das cuenta de eso, deja de importante la historia, Colón, Pinzón y todo el resto que vino detrás. Querés que tus dos Horas de clase sean mágicas y puedan brindar cosas que vayan más allá del programa. El pibe/a puede olvidarse de vos cuando no estás, pero sin embargo, algo queda, y muchas veces pensás o sufrís pensando que es lo que le puede pasar a esa persona una vez que abandona el colegio, ya sea para siempre, por un año o una semana.

Detrás de cada estudiante, hay una historia de vida, que se cruza con la tuya en el momento de dar la clase y esa conjunción la tratamos de entender mediante la materia que te toca. Es por eso, que antes de cada clase hay un ritual de empatía que debe ser reconectado. Qué hiciste, que te pasó, por qué llegas tarde, qué es esa carita que tenés. O del otro lado, por qué esa cara profe, estás de mal humor, de qué equipo sos, cuántos hijos tenés, ¿está casado?...dale hoy no hagamos nada...pero eso es imposible, porque cuando no haces nada estás haciendo algo…y así hasta que de repente estás hablando de tema que tiene que ver con tu materia. Una puja constante, entre el hagamos tiempo, pero cuando no me doy cuenta, algo aprendo….el profe ganó y otra vez intentamos boicotear la clase.

Tomás era un artista de esos momentos, pero le salía mal. Era lo que yo llamo el antibardo. Quería hacer un chiste, pero terminaba haciendo suceder el inicio de las clase. Quería bardear ese momento que tanto me había costado conseguir...pero daba con la respuesta correcta. Me llevó dos años, pero Tomas aprobó dos trismestres, había empezado a completar la tarea y solito se sentaba para rescatarse. Había sucedido algo mágico, algo que todo docente quiere, una persona que estudie, pero que a la vez no pierda la alegría. Gracias a eso, el resto se acoplaba y a veces aprendíamos muchas cosas sin darnos cuenta. La historia pasaba a ser una materia con un poquito de color, empezaba a las siete treinta y de repente eran las nueve de la mañana.
 
Alguien decidió por vos. Alguien decidió que nuestros círculos no se cruzasen más. No es la primera vez que me sucede, pero cada vez duele más. La diferencia es que hoy me animo a escribirlo porque me cansé. Alguien decidió que quedara un sólo Tomas en el 2A , y que ya, aunque se había vuelto rutinario, no podamos hacer más el chiste de la lista de alumnos cuando pedía la carpeta o pasaba asistencia. Ya van dos martes que entró a clases y nadie puede estar alegre. Ninguna materia del profesorado te prepara para eso. El lugar vacio, el silencio en el aula. Me encantaría que hubieras abandonado el cole o que repitieras, así por lo menos, nos volveríamos a cruzar en algún momento. Lamentablemente eso no va a suceder. Hasta Siempre Tomas. 


Referencia: el Título pertenece a la obra de Samanta Schweblin no es de mi autoría.




miércoles, 28 de septiembre de 2016

La Despedida


“Lo tememos a la muerte porque la desconocemos, pero es tan sólo el sueño de una sola noche eterna” Algo así dijo Socrates en su apología cuando eligió la pena de muerte, allá por el siglo V AC.



Fue una sensación muy rara la de estar acarreando el cajón y recibir las instrucciones de cómo hacerlo. Raro porque en los últimos diez años, cuando estabamos en el mismo rango de distancia, el que daba las intrucciones de cómo hacerlo era vos, a veces de mala gana, otra de buena, otra de manera oportuna, otra de manera muy detallista y exagerada. La defenición perfecta de lo cascarrabia, que me hacía levantar cada mal humor terrible, pero que al fin y al cabo, no era otra cosa que sentirme identificado y darme cuenta que soy igual de hincha.

En este caso el instructor era el señor de la funeraria y más luego el empleado del cementerio...no obstante no pude evitar buscarle la ironía al asunto, dale Tano, ¿una última queja de despedida no va a haber? No era el momento, pero me divirtió mucha la idea. ¿Mecanismo de autodefensa? puede ser, nunca en mi puta vida había estado en un velorio y menos en un entierro, por eso no puede evitar meterme en esos mundos paralelos en los que generalemente me cuelgo. Imaginar que sucediera algo así como en esas películas subrealistas italianas de las que me hablabas....el tío quejándose de su propio velorio o quejándose de cómo lo llevabamos....algo así como la pelí de Kusturica gato negro, gato blanco...todo cuadraba. Pero no...No estábamos en una pelicula sub realista.

Yo sé que todos los que te recuerdan con una sonrisa, en estos momentos deben estar etiquetandome de mala persona, pero no, aguanten, ser cascarrabias no es algo negativo, genera un malestar inicial, pero no es algo para recordar mal. Ser cascarrabias es querer ayudar de una manera pasional, querer evitar que la otra persona se equivoque, es querer explicar algo a una manera específica, la única que quizá conocemos que no amenace contra nuestro mundo, no es soberbia es la forma más rápida de evitar errores, es casí como ser un bombero de las acciones ajenas. De hecho, la foto que elijo para este momento es muy significativa, no sos vos, no soy yo...es una mañana definida en una imagen...porque sí, lo grito a los 4 vientos, soy un pelotudo de 33 años que sigo viendo los cositos amarillos esos.



Una mañana de verano decidí relajame después de haberme enterado que no sabía dónde ni cómo hacer unas simples compras, o como cortar queso, ni alimentar a mi perro, ni secar el baño, ni cocinar zapallo o de que en vez de estar viendo que iba a ser del nuevo traje de Cristina o donde estaban los prófugos, estaba viendo dibujitos animados, como hace 24 años atrás volvía de la playa a las 4 de la tarde a ver esos dibujos japoneses que jugaban interminables partidos de futbol.

Un viaje en el tiempo en el que todavía me recordaban mi adicción a la coca cola y a los fichines. Una cagada a pedo, pero en la misma acción demostración de cuanto me conocían, una cagada a pedos, pero con moraleja. Filosofía en estado puro...Sócrates un poroto. Cuando pensé que estaba por armar las valijas e irme...miré ese capítulo de los Simpson y no pude evitarme reírme, Sí...toda la mañana resumida en una escena...estaba de vacaciones con ABE. No es negar la realidad....es despedir con una sonrisa a una persona que te arrancaba miles...hasta cuando te retaba.....