!DOCE DE OCTUBRE, QUE FESTEJAMAMOS? NADA!

Año tras año se festeja el 12 de octubre conmemorando la llegada de los españoles y el descubrimiento de América; resaltando el encuentro de los mundos y sobretodo la idea de fusión de razas. Sin ir mas lejos el 12 de octubre comenzó a festejarse en Latinoamérica a pedido de España a finales de la década de 1920 con el nombre de Día de la Raza, concepto muy usado en ese tiempo pero carente de todo sentido en nuestros días. No solo por que esta demostrado por demás que la idea de raza, es una noción totalmente falsa y discriminativa, ya que no hay una condición genética que nos divida en varios sub. grupos, simplemente somos humanos a largo y ancho del planeta.
Lo que si existen son culturas, formas de ver al mundo, pensamientos variados, que a pesar de ser tales, no dejan de ser asombrosamente parecidos y compatibles; un ejemplo de estas similitudes es la memoria. Ella es el recurso que tenemos los hombres para recordar. Una de las ciencias que la trabaja es la historia. Dicha disciplina nos demostró, luego de haber postergado tanto tiempo esa deuda pendiente, que ese encuentro producido allá en 1492 entre españoles y pueblos originarios, no fue más que una conquista violenta y una campaña para poder terminar con las costumbres que tenían los nativos por ser incivilizadas y en su lugar imponer la ideología que llegaba de EUROPA.
Tan coordinada fue dicha conquista, que para llenar ese espacio paradójico, durante muchos años se uso el término descubrimiento, es decir algo sin razón de ser hasta que se lo vio, negándole de esta manera el derecho de tener una historia y una cultura propia.
A esta altura cabe preguntarse ¿que hacemos el doce de octubre? ¿Lo festejamos, no lo festajamos? La respuesta es sencilla: no. No hay nada para festejar. Pero si, hay algo para conmemorar, es por eso que propongo utilizar esta fecha como punto de partida para un verdadero descubrimiento: el de América mediante los mismos americanos. Conocer y entender las costumbres de nuestro continente es darse cuenta que ellas formaron parte para hacer al hombre latinoamericano de hoy. Respetarlas, no olvidarlas e integrarlas, es conocernos y construir una América latina unida y solidaria.