viernes, 23 de abril de 2010

UN VIAJE AL NORTE: EPISODIO VII






La humildad

después de un día de viaje llegamos una noche lluviosa a yavi y luego de descartar la ayuda de un ñiño del lugar decidimos ir al hostel que conociamos. Empapados con ropa de verano y cansados entramos al hostel y de repente 20 miradas nos fusilaron.
Caritas rosadas y calientitas por la merienda nos miraron de arriba-abajo culpandonos de haber roto su armonía de pull over de llama con pantalon de tela y obviamente preguntandose porque carajo estabamos así vestido o acaso no nos dimos cuenta del frio que hacia afuera. Lo mas amable que recibimos en el hostel fue la ayuda de un individuo que se sintió culpable y nos acompaño hasta la puerta la abrio y me hizo agachar ( son puertas bajas me las llevaba puesta cada dos por tres) y nos despidio con un chiste.



Volvimos al niño que nos condujo entre una fila de casas abrio una puerta y otra mas y nos introdujo a una habitación. Piso de tierra, ladrillo de adobe y paja, techo de chapa ( debería ser adobe y paja, pero se imaginan que la cantidad de agua que cae no permite estos lujos) 4 camitas y desentonando el panorama el poster de una rubia que mostraba sus pechos para indicarnos la marca de una casa de respuesto de autos, No lo pensamos y nos quedamos. debo reconocer que al principio me dio cosa pero un par de dias despues me enteré que esa pieza era de los 4 hermanitos y que en epoca de turismo duermen en otro lugar para brindar hospedaje, sí...se gana, ¿pero que niño de 10 años aca deja su pieza por algo semejante?. Vimos desfilar mucha gente por el lugar, todos con cara de asco, seguro terminaron en la armonia del café hostelano.
yo me pregunto, ¿quien es mas hippie eh? Estas cosas segían dandome en el corazon lavando mi alma conectandome mas. gracias joel y evelin, 10 y 12 años, sepan que los niños en el norte enseñan mas que un maestro, de eso, que no te quepa ninguna duda.



La noche boca arriba ( and i think to my self, what the wonderfull world)

me levante muy temprano, me fui al baño ( no sin antes llevarme puesto el marco de la puerta) y mi sorpresa fue total cuando en el medio de mi camino estaba la llama pepito luego se agrego el gatito gringo( era blanco, jaja) y el perro que nunca supe como se llamaba.
La gente muy calida y el lugar mágico; para nosotros que ya conocíamos yavy fue ir a descansar. todas las tardes bajabamos al molino a tomar mate con rumbas y merengadas sin culpa total la quemabamos subiendo y bajando...por las noches mirabamos las estrellas.
Chorros blancos cruzaban el cielo y desde el lugar mas remoto aparecian las estrellas, no necesitabamos la imaginación, las constelaciones aparecían facilmente ante los ojos y apuesto que habre dado mil vueltas en el patio siguiendo los caminos de las estrellas.



Una tarde de lluvia, tres arco iris se dibujaron en el cielo pero uno era mas perfecto que los otros. Zurcaba el cielo de punta a punta y yo me imagine que en cada una de ellas estaban los duendes con las ollas de oro, ¿como abandonar un lugar así? Cierto, las responsabilidades, el viaje seguía, tocaba su fin y yo estaba a 10 dias de las mesas de examen. ¿Como no estar agradecido? ¿como no dejarle una ofrenda a la pacha en cada apacheta que cruzabamos? yo creo que le agradamos un poquito, el viaje estaba en su esplendor.

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